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La Dama del Mar Menor

La obra literaria de Santiago Delgado (Murcia, 1949) es ¿y hay que decirlo sin la menor vacilación y con voz bien alta¿ una de las más sólidas, variadas y ricas que ha visto nacer nuestra región en el último medio siglo. Desde El Delta y otros relatos (1981) hasta La Dama del Mar Menor (2006) lo hemos visto con admiración cultivar el cuento, el ensayo, la poesía, el estudio filológico, la novela, la reseña y el articulismo. Y en todos esos campos se ha desenvuelto con elegancia y con resultados más que notables.

Su última entrega es La Dama del Mar Menor, una novela ambientada en los años finales del siglo XX, en la que nos encontramos con una buena porción de personajes heterogéneos mezclándose al servicio de una trama eficaz, sugerente y llena de misterios. ¿Qué extraña figura encuentra el reverendo Jeremiah Smithsonian Jr. en 1822, en la costa de Cartagena? ¿Qué es lo que vislumbra bajo las aguas del Mar Menor una funcionaria de 25 años llamada Carmen, que está practicando un deporte acuático? ¿Por qué aparece en su vida, enigmática y aceleradamente, el atractivo Washington Torrijanos, ofreciéndole una enorme cantidad de dinero para que le informe del punto exacto de este avistamiento? ¿Y qué papel desempeña en toda esta trama el famoso periodista Lorenzo Cebrián, antiguo compañero de estudios de Carmen, que ahora reaparece como por arte de magia? Santiago Delgado, curtido en mil batallas narrativas, sabe exprimir los resortes de un argumento bien pensado y bien desarrollado, y con esos mimbres (y con muchísimos más, que sería inoportuno diseccionar aquí) logra una historia seductora. Pero eso no es todo. Nos entrega, además, secuencias novelescas memorables (como el asesinato del reverendo Smithsonian, entre las páginas 76 y 82), descripciones paisajísticas de muy aquilatada hermosura; y, sobre todo, un espléndida caracterización psicológica del personaje central (Carmen), uno de las criaturas de ficción mejor perfiladas de la narrativa murciana de los últimos años, gracias a multitud de pequeñas pistas que el autor nos va entregando para que completemos el puzzle de su personalidad: el abandono del hogar por parte de su padre; la humillación pública a la que la sometió Lorenzo mientras cursaban estudios en el instituto; su conflictiva relación con los hombres (desde su monitor de vela hasta Washington Torrijanos, pasando por el encargado de una biblioteca); sus múltiples complejos; las traiciones que va teniendo que soportar en su existencia; etc. En suma, una experiencia lectora que deslumbrará a todos aquellos que se acerquen por primera vez a la obra de Santiago Delgado, y que servirá a los restantes como ratificación de las excelencias de su autor. Rubén Castillo Gallego

29/05/2006 21:23:10