MÁS HISTORIAS DE LA CIENCIA Y LA NATURALEZA

"¿Cómo ha advenido la razón sobre el mundo?. Por supuesto que de una manera irracional, obra del azar. ¿Habrá que descifrarlo como se descifra un enigma?"
F. Nietzsche
Las seres vivos tienen forma y posiblemente son una de las principales maneras en que los principios geométricos y las relaciones numéricas se nos manifiestan, informando las cualidades de la vida.
Las plantas, evolucionando desde los musgos descubrieron una forma de reparto capaz de llegar a todas partes de forma ordenada, la ramificación.
Si analizamos una planta, desde un punto de vista diferente al de su clasificación biológica y le quitamos las flores, las hojas, y las ramas que sobresalen, tenemos un palo y si es suficientemente recto y de dimensiones adecuadas, una vara.
Un palo, aunque no se conserve como la piedra, ha sido palanca, mango de hacha, lanza o flecha, por lo que ha acompañado al hombre en su urgente conocimiento del mundo en el que vive, hasta que finalmente, pudo usar este instrumento con miras más altas.
Con la agricultura la observación interesada de los cielos para determinar los ciclos de la naturaleza, encontró en nuestro palo un eficaz aliado, para determinar las horas del día y situar con precisión los movimientos en el cielo nocturno. De hecho una vara es un nomon del griego "gnomon"y de ahí viene la palabra astrónomo.
Los egipcios, hábiles en la reconstrucción de los campos tras las periódicas inundaciones del Nilo, y también en la construcción de grandes monumentos, fueron usuarios asiduos de dicho instrumento, al que inmortalizaron en forma de obelisco, y entre otros logros desarrollaron el moderno calendario solar de uso aún hoy en nuestra avanzada civilización (curiosamente ahora en Egipto no).
No inmerecidamente el "bastón de mando" o el "cetro" son símbolos de poder de los que mandan por "designio de los cielos".